Alguien quiere mandar un mensaje a alguien

Alguien quiere mandar un mensaje a alguien

¿Koldo? ¿Ábalos? ¿La UCO? ¿La derecha política o judicial? Los mensajes entre Sánchez y Ábalos tienen un claro potencial desestabilizador para el Gobierno; acreditan la archiconocida guerra del presidente con sus barones tras las primarias del PSOE; demuestran, como también ya se sabía, que retomó la relación con su exministro tras destituirlo y añaden ruido al ruido, pero carecen de relevancia penal

Primera entrega: La guerra de Sánchez con los barones. El Mundo desvela mensajes de 2020 y 2021 entre el presidente del Gobierno y el que entonces era ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos: «Llamad al petardo de Lambán». «Lamentable Vara». «Felipe es pura amargura». «Que Page deje de tocar los cojones». «Deben ser conscientes de que son una minoría». 

¡Paren las máquinas! Un líder que no tolera la crítica interna. Haberlos, haylos y los sigue habiendo por docenas. La guerra sin cuartel que los socialistas libraron como consecuencia de las primarias que enfrentaron a Susana Díaz y a Pedro Sánchez era de sobra conocida y dio grandes titulares para la historia del periodismo español. Lo que nos aportan los WhatsApp ahora publicados es, además del afán por controlar las diferentes baronías, es que el secretario general del PSOE empleaba expresiones gruesas y malsonantes contra sus correligionarios en una conversación por WhatsApp con su número dos. Feo, muy feo, pero salvo que los mensajes caigan en manos de un Peinado de la vida no se alcanza a ver motivación penal alguna, si bien aportan ruido al ruido y un retrato áspero de la personalidad de Sánchez. 

Segunda entrega: el presidente del Gobierno mantuvo contacto con el exministro José Luis Ábalos tras su destitución hasta que lo recuperó para las listas electorales de 2023. Se felicitaban los cumpleaños. Se cruzaban mensajes con apuntes políticos y hasta se confesaban cariño. “Siempre he valorado mucho tu criterio político. También tu amistad”, le dijo Sánchez a su exministro el 30 de julio de 2023. 

La información, de interés público sin duda, ya la había contado urbi et orbi el propio Ábalos e incluso dado lugar a decenas de crónicas, que en su día pusieron de manifiesto que, tras meses de ruptura personal y política tras su destitución como ministro, el que fuera secretario de Organización del PSOE retomó el contacto con el presidente del Gobierno, quien incluso le pidió que se implicase en la defensa de la acción del gobierno en los programas de televisión en los que participaba como colaborador habitual. A falta de saber si habrá o no nuevas entregas, lo publicado hasta ahora era conocido.

Pero conviene detenerse en las fechas en que ambos políticos retoman su relación política porque en aquel entonces ni Ábalos estaba investigado por el Supremo, ni su ex asesor Koldo García había sido detenido, ni nadie conocía la trama de corrupción en torno al Ministerio de Transportes que investigan hoy los tribunales de justicia. 

Cuesta establecer una línea de puntos que relacione las conversaciones ahora desveladas con un presunto conocimiento del presidente del Gobierno sobre los chanchullos en el ministerio, que es la conclusión que algunos quieren proyectar. 

Y si lo que se pretende, que también, es establecer algún tipo de paralelismo entre estos mensajes y los que en su día envió Mariano Rajoy al extesorero de su partido Luis Bárcenas –“Luis, sé fuerte, hacemos lo que podemos”- no parece que haya alguno porque aquella frase que perseguirá al expresidente del PP mientras viva la escribió cuando ya se conocían los papeles de la contabilidad B de su partido y judicialmente estaba acreditado que Bárcenas tenía 50 millones de euros en una cuenta en el extranjero.

Por lo demás, lo que subyace tras la publicación de estos hilos de WhatsApp es que alguien quiere enviar un mensaje a alguien. ¿Koldo? ¿Ábalos? ¿La UCO? ¿La derecha política o judicial? Que cada cual saque sus conclusiones porque, de momento, los posibles emisarios entonan el pío, pío… Al resto solo nos queda elucubrar.  Quédense, porque no es baladí, con que los mensajes ahora publicados no han sido incorporados por el juez que instruye la causa judicial ni han sido entregados a las partes por no tener relevancia penal. Se estrecha, por tanto, el círculo sobre los interesados en la publicación del contenido de los mensajes. Si fueran Ábalos o Koldo sería un aviso a navegantes y un posible anticipo de algo más. Si fuera la UCO, hablaríamos de algo mucho más grave, que es la comisión de un posible delito. Hagan sus apuestas.