¿La gente quiere ganar más? Sí. ¿Quiere trabajar menos? También
Maticemos el planteamiento liberal: si el patrimonio no se transforma en negocio mediante la intermediación del trabajo, no hay beneficio posible. Si por este trabajo se paga poco y se consigue que se haga durante largas jornadas laborales, pues los beneficios mejoran. ¿Es eso justo? He aquí el quid de la cuestión, la confrontación en el debate.
El debate de la reducción de jornada ha vuelto a sacar de debajo de las alfombras de los palacios liberales aquellos demonios que acompañan …